Reformistas vs. conservadores: quiénes son los candidatos con más posibilidades de suceder a Francisco
Habrá cuatro cardenales argentinos con derecho a voto y en condiciones de ser elegidos. Se avecina una dura interna entre progresistas y tradicionalistas. ¿Está preparada la Iglesia católica para su primer papa africano?
El cónclave del que saldrá el sucesor de Francisco, fallecido el lunes a los 88 años, será el más concurrido y universal de la historia. Un total de 135 cardenales, menores de 80 años y con derecho a voto, elegirá al nuevo jefe de la Iglesia católica.
Si bien cada uno de ellos -incluso los cuatro argentinos que forman parte del cuerpo cardenalicio- están en condiciones de ser elegidos, solo un puñado de purpurados es considerado “papable”. Según expertos vaticanistas, se vislumbra una dura interna dentro de la Capilla Sixtina entre el ala reformista, que promueve una continuidad del legado de Jorge Bergoglio, y el sector conservador, el robusto cuerpo opositor al pontificado de Francisco que impulsa un drástico cambio de timón en el Vaticano.
Los bandos están bien definidos. Por el grupo reformista los favoritos son el arzobispo de Bolonia y titular de la Conferencia Episcopal italiana Matteo Zuppi; el filipino Luis Antonio Tagle, prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos y el ghanés Peter Kodwo Appiah Turkson, actual canciller de la Pontificia Academia de las Ciencias y de la Pontificia Academia de Ciencias Sociales. En este último caso, hay una creciente expectativa porque, de ser elegido, se convertiría en el primer “papa africano”, un hito revolucionario en la historia de la Iglesia.
En frente, se encoluman los conservadores liderados por el estadounidense Raymond Leo Burke, del ala más radical y uno de los grandes “enemigos” de Francisco, secundados por el neerlandés Willem Eijk, arzobispo de Utrecht y el húngaro Peter Erdo, titular de la Conferencia Episcopal Húngara y del Concilio de Conferencias Episcopales de Europa. También hay otros “papables” tradicionalistas de origen africano.
Hacia dónde se inclina el cuerpo cardenalicio
La Iglesia que dejó Francisco no es la misma que la que recibió cuando asumió su pontificado en 2013. Hoy el cuerpo cardenalicio representa a todos los continentes. Europa, si bien sigue teniendo un enorme peso, ya no monopoliza el debate.
En sus doce años de pontificado, Bergoglio nombró a 110 de los 135 cardenales con derecho a voto. Hay otros 117 purpurados mayores de 80 años que no sufragan por haber traspasado esa línea etaria. Hoy hay cardenales de países pequeños y lejanos como Timor Oriental, Mongolia, Lesoto o Tonga.
Hay veintitrés latinoamericanos, entre ellos cuatro argentinos: Víctor “Tucho” Fernández, Vicente Bokalic Iglic, Ángel Sixto Rossi y Mario Poli. Pero a priori ninguno de ellos es considerado “papable”. Que la Iglesia católica tenga dos papas argentinos consecutivos sería un milagro más difícil de materializarse que el que llevó a Jorge Bergoglio al trono de Pedro.
El grupo latinoamericano tendrá también su peso, con una fuerte presencia brasileña con siete cardenales, aunque en total conforma menos de la mitad del bloque europeo (veintitrés contra cincuenta y cinco, de ellos dieciocho italianos, que durante siglos dominaron los sucesivos cónclaves). Asia cuenta hoy con veinticinco purpurados y África también con dieciocho. El resto proviene de Norteamérica y Oceanía.
Pero esta universalidad no garantiza homogeneidad.
Francisco no se preocupó (ni se ocupó) por elegir cardenales afines a su pensamiento reformista. Pero hizo lío. Su objetivo fue dar cabida a todos, incorporando a la periferia al núcleo central e histórico. De hecho, muchas de las iglesias africanas con representación en el cónclave son tradicionalmente conservadoras. Por eso el voto es hoy una incógnita. Dependerá de cuán “trabada” esté la elección, de los acuerdos bajo la mesa o de eventuales renunciamientos (como el del propio Bergoglio en el cónclave que eligió a Benedicto XVI) para encausarla. Pero también del surgimiento de una figura moderada (un sector clave) que actúe de puente entre ambos bandos, como la del actual “canciller” vaticano, Pietro Parolín, considerado un negociador sobrio y prudente por su vasta experiencia diplomática. Al secretario de Estado, de hecho, se lo menciona como uno de los posibles candidatos en caso de que se “trabe” la votación y surja una figura de consenso.
Quién es quién entre los “papables”
Son muchas las figuras papables. Incluso nadie se anima a descartar un “tapado”. Pero hay un grupo de seis cardenales que se llevan todas las miradas por su peso e influencia en otros purpurados. Tres reformistas y tres conservadores.
ALA REFORMISTA:
Matteo Zuppi, arzobispo de Bolonia y titular de la Conferencia Episcopal italiana. A los 69 años es el gran favorito entre los progresistas. Muy cercano al pensamiento de Francisco y a la Comunidad Sant’Egidio, conocida por su compromiso por los más pobres, pica en punta en el favoritismo de los vaticanistas. Muchos expertos sostienen que es hora de que un italiano vuelva a comandar el destino de la Iglesia. Si bien Bergoglio tenía raíces en la península, el último papa italiano fue Juan Pablo I, que tuvo un brevísimo pontificado de 33 días en 1978.
Luis Antonio Tagle, prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos. Otro de los grandes reformistas aliados de Francisco. A los 67 años, el cardenal filipino es el más joven de todos los “candidatos”. Su curriculum es extenso: fue arzobispo de Manila y, desde 2019, comanda la Congregación para la Evangelización de los Pueblos. Su enfoque pastoral está basado en la misericordia, la inclusión y la justicia social.
Peter Kodwo Appiah Turkson, actual canciller de la Pontificia Academia de las Ciencias y de la Pontificia Academia de Ciencias Sociales. El purpurado ghanés, de 76 años, se lleva todas las miradas. No solo por su perfil progresista, sino porque podría convertirse en el primer papa africano de la historia de la Iglesia católica. Su elección sería mucho más simbólica y disruptiva que la de Bergoglio, el papa del “fin del mundo”. Nació en una familia modesta de 10 hijos, habla seis idiomas y es reconocido por ser habitué del Foro Económico Mundial de Davos. ¿A qué va? A alertar a los líderes empresariales de los peligros de la economía.
Otros “papables” progresistas son el francés Jean-Marc Aveline, de 66 años y arzobispo de Marsella; Jean Claude Hollerich, de la misma edad y arzobispo de Luxemburgo; el cardenal italiano Pierbattista Pizzaballa, de 59 años, Patriarca Latino de Jerusalén, y el estadounidense Robert Prevost, Prefecto del Dicasterio para los Obispos y arzobispo emérito de Chiclayo, Perú, entre otros.
ALA CONSERVADORA
Raymond Leo Burke, uno de los grandes “enemigos” de Francisco. El cardenal estadounidense, de 76 años, es el líder de la línea ultraconservadora de la Iglesia y muy cercano a Donald Trump. Fue, de hecho, el gran opositor al progresismo de Francisco. Incluso, los aliados del fallecido papa lo han señalado más de una vez por conspirar contra Bergoglio. Fue un duro crítico sobre la apertura del Vaticano a los homosexuales impulsada por el papa argentino. Defiende la tradición litúrgica, incluyendo la misa en latín, y se opone a la comunión para divorciados vueltos a casar y la inclusión de personas LGBTQ+ en la Iglesia. Si bien no es de los grandes favoritos para ser ungido papa, puede representar un rol de operador clave durante el cónclave.
Willem Eijk, arzobispo de Utrecht, Países Bajos. El purpurado neerlandés, de 71 años, es otro de los grandes candidatos conservadores. Estuvo en desacuerdo con muchas de las decisiones de Francisco en los últimos años, en sintonía con Burke. Se lo vincula con la línea conservadora heredera del fallecido Benedicto XVI.
Peter Erdo, titular de la Conferencia Episcopal Húngara y del Concilio de Conferencias Episcopales de Europa. Es el tercer papable con más proyección entre el grupo tradicionalista. A los 71 años, se lo reconoce por su capacidad de diálogo. De hecho, en los últimos años logró un acercamiento entre Francisco y el ultraderechista presidente húngaro, Viktor Orban.
Otros “papables” conservadores son el estadounidense Timothy Dolan, de 75 años, arzobispo de Nueva York; el brasileño Odilio Pedro Scherer, de 76 años, arzobispo de San Pablo, y dos africanos: el guineano Robert Sarah, de 79 años, prefecto Emérito de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, y el congoleño Fridolin Ambongo, arzobispo metropolitano de Kinshasa.
Si bien no hay una fecha definida para el cónclave, se espera que su comienzo demore al menos dos semanas, posiblemente después del 5 de mayo.